En una actualidad que invita a las vacaciones, San Carlos de Bariloche ofrece una amplia variedad de actividades amigables para cualquier billetera.
Bariloche tiene un gran prestigio en la temporada invernal, pero también es un destino turístico muy elegido para los patagónicos y habitantes de otros puntos del país que prefieren los climas frescos en el verano. La Municipalidad destacó que ya cuenta con un 80% de ocupación en una ciudad que ofrece múltiples actividades para esta época.
Viajar en auto desde Cipolletti ida y vuelta cuesta poco más de 100 mil pesos. En cuanto al hospedaje, cuatro noches en una habitación de hotel de tres estrellas rondan los 310 mil pesos. Por último, disfrutar de una comida en un restaurante tiene un costo promedio de 40 mil pesos por persona.
La expectativa es alta para Sergio Herrero, secretario de Turismo de la ciudad: “Ya tenemos el 80% de ocupación confirmada, hay que desmitificar que acá todo es caro, depende del tipo de turismo que venís a buscar, podés armar el viaje en base a tu bolsillo”.
Entre las actividades destacadas, el Cerro Otto es uno de los sitios más visitados. Subir en teleférico tiene un costo de 30 mil pesos para mayores de 13 años, 20 mil para jubilados y menores de 5 a 12 años, mientras que los menores de 5 años no pagan entrada. Dentro del complejo, se puede disfrutar de la tirolesa y el muro de escalada, que cuestan 25 mil pesos por persona en combo. Además, el bar giratorio con vistas panorámicas de 360 grados es una experiencia imperdible.
Para quienes buscan alternativas más económicas, el Cerro Campanario es una excelente opción. Subir en aerosilla cuesta 14 mil pesos para adultos y 8 mil para niños de 5 a 12 años, mientras que los menores de 5 años no pagan entrada. Desde la cima, las vistas de los lagos y montañas que rodean la ciudad son espectaculares, convirtiéndose en una de las panorámicas más bellas de la región.
“Tiene una vista de 360 grados, nos encontramos todas las bellezas escénicas que tiene nuestra región, que está representada por los lagos, las montañas y los bosques”, explicó la guía turística Débora Fibiger, quien frecuentemente acompaña los tours por el famoso Circuito Chico.
Otra parada obligada es la Cervecería Patagonia, ubicada en el kilómetro 24.7 de la Ruta 77. Allí se puede disfrutar de una oferta gastronómica única y cervezas artesanales producidas en el lugar. Por 40 mil pesos, es posible realizar una cata de cuatro variedades, mientras que la experiencia del maridaje incluye una cena de tres pasos elaborada con ingredientes inspirados en la cerveza. Al atardecer, el espacio se llena de música en vivo y un ambiente ideal para relajarse.
El kayak en el Lago Gutiérrez es una gran propuesta para la familia. Por 62.500 pesos, más 5 mil si se requiere traslado desde el centro, se puede disfrutar de dos horas y media de conexión con la naturaleza, actividad física y relajación. Al finalizar, es común compartir un desayuno o merienda grupal y lanzarse un chapuzón en las cristalinas aguas del lago, que según uno de los excursionistas “te reinicia y te da años de vida”.
Antes de comenzar la travesía, recibirás indicaciones de seguridad además de una breve clase de cómo utilizar el kayak en caso de no tener experiencia en la materia.
Otra excursión imperdible es el Tren Patagónico, que conecta Bariloche con la estación Los Juncos en Perito Moreno. Durante una hora de viaje, un guía acompaña el recorrido mientras se aprecian paisajes únicos a diestra y siniestra.
Al llegar, el recibimiento incluye una bebida caliente como chocolate o vino especiado, seguido de un asado en la parrilla. Los precios varían según la residencia: 72 mil pesos para residentes de Río Negro, 61 mil para jubilados y 53 mil para menores de 4 a 12 años; los no residentes abonan 80 mil, 68 mil y 59 mil respectivamente. Los menores de 3 años viajan gratis.
“Hace 11 años que trabajo acá, es gratificante recibir a los turistas y que te aplaudan porque les gusto el asado, se pone muy lindo el ambiente entre la música y la comida con la gente”, contó Juan Carlos Cárcamo, el asador del lugar por excelencia.
Finalmente, el Campo de Lavandas del Limay, ubicado en Villa Llanquín, es una opción ideal para disfrutar de la tranquilidad y de colores vivos y primaverales. El ingreso tiene un costo de 3 mil pesos para adultos, 1.500 para jubilados y menores de 10 a 18 años, mientras que los menores de 10 años entran gratis. También se ofrece un tour guiado por 10 mil pesos, con pago exclusivo en efectivo.
Este campo es ideal para recorrer pasillos de lavandas, disfrutar de infusiones artesanales y adquirir productos como jabones y aceites esenciales. La mejor época para visitarlo es en febrero, cuando las plantas alcanzan su máximo esplendor y florecimiento.
Para llegar al paraje, se puede cruzar el río Limay, que separa la provincia de Río Negro con la de Neuquén, caminando por el puente, o subiendo el auto a la balsa “Villa Llanquín”. Para Cristian Signorelli, uno de los impulsores del centro turístico, la idea de este parque agroecológico es “ofrecer experiencias sensoriales a la gente”, e invitó al público a aprovechar a visitar el lugar: “del 21 al 23 de febrero tenemos el festival de cosecha de lavanda, con talleres, actividades al aire libre y un DJ que va a interpretar los impulsos eléctricos de las plantas para crear música”.
Bariloche es mucho más que un destino de invierno; es un lugar para reconectarse con la naturaleza, disfrutar de actividades únicas y explorar opciones accesibles para cualquier bolsillo.
Desde las vistas panorámicas del Cerro Otto y el Cerro Campanario, pasando por la serenidad del Campo de Lavandas del Limay y la aventura del kayak en el Lago Gutiérrez, hasta la experiencia cultural del Tren Patagónico y la calidez de la Cervecería Patagonia, esta ciudad cordillerana tiene algo especial para cada visitante.